¿La industria energética cambiará en 10 años de como es actualmente?
Mark P. Mills, del Manhattan Institute, afirma que los países aún no pueden garantizar energía sin las fuentes fósiles.
Así lo afirma Mark P. Mills, senior fellow del Manhattan Institute, autor del libro ‘The cloud revolution’ y quien resalta que incluso para impulsar las energías renovables, se necesitará durante muchos años el uso de las fuentes fósiles.
¿Cómo ve el proceso para la ‘reinvención’ de la industria energética?
La ‘reinvención’ de la energía global va muy lenta y lo seguirá siendo. Y eso no es sorprendente, pues muchas de las aspiraciones son profundamente irreales.
Desde que se firmó el Acuerdo de París, el mundo ha gastado billones de dólares en fuentes distintas de los hidrocarburos, pero la participación de la energía mundial que proviene de ellos —petróleo, gas natural y carbón— ha disminuido solo un par de puntos porcentuales. Mientras, la cantidad absoluta de energía proporcionada por estos ha aumentado desde entonces. Estos son sistemas enormes que tardan mucho tiempo en cambiar.
¿Cree que los esfuerzos de hoy en día son suficientes?
Si por los esfuerzos se refiere a subsidios y requisitos que se han creado, entonces sí, hay muchos. Pero ni los subsidios ni las políticas pueden cambiar la realidad de los sistemas energéticos.
Y la realidad que pocos parecen estar dispuestos a comprender es que no ha habido ningún cambio reciente en la física conocida sobre cómo podemos obtener energía a las escalas necesarias para la civilización.
¿No hay suficiente presión de que sea una revolución y no una evolución?
Es imposible no estar al tanto de las presiones, el gasto y las afirmaciones entusiastas en torno a la ‘transición’. Pero solo 3% de la energía del mundo actual proviene de las tecnologías solar y eólica, áreas en las que se enfoca la transición.
Sin embargo, sí vemos, como usted dice, una evolución en los sistemas energéticos, pero eso es bastante diferente a una revolución.
¿Qué tan importante es reinventar la industria energética contra el cambio climático?
Las limitaciones sobre cómo alimentar la sociedad son independientes de las políticas para reducir las emisiones de dióxido de carbono. Por ejemplo, es un hecho que se deben extraer y procesar alrededor de un 1.000% más de materiales para producir la misma cantidad de energía cuando se reemplaza una máquina de energía convencional por una máquina solar o eólica. Y toda ello necesariamente, y por muchos años, implica el uso de grandes procesos que queman petróleo, gas natural y carbón.
Entonces, ¿hacia dónde va la industria energética?
Es fácil apostar que en los próximos años, sin duda en la próxima década, esta industria se verá muy similar a la actual. Habrá mucho petróleo, gas y carbón en uso. Sin embargo, también habrá muchas más máquinas eólicas y solares. Esa es la realidad, más de ambas.
Entiendo que no espera una pronta muerte para las energías fósiles…
Considerando a la Agencia Internacional de Energía, en su nuevo plan, que requeriría que las naciones hicieran mucho más de lo que prometieron en los Acuerdos de París (y, para ser claros, el mundo no está cumpliendo sus promesas de París), para el año 2050 el mundo todavía usaría más energía de hidrocarburos que en el año 2000.
Dicho esto, ¿cuáles son los retos que se plantean?
El principal desafío que tienen todos los países es el mismo: garantizar que sus ciudadanos y empresas obtengan suficiente energía de forma económica y fiable. Simplemente no hay posibilidad de hacer eso sin un papel muy importante para los combustibles fósiles.
¿Que puede hacer en ello países como Colombia?
Las naciones que optaron por seguir produciendo petróleo y carbón probablemente disfrutarán de los beneficios de precios más altos (y, por lo tanto, de ganancias para sus ciudadanos), ya que algunas de las otras naciones (especialmente las de Europa o Estados Unidos) continúan disminuyendo o desalentando tales cambios.
¿Cree que Latinoamérica puede todavía tomar ventaja de esta tendencia?
Siempre he creído que las naciones latinoamericanas tienen una oportunidad especial para aprender las lecciones de la historia y aprovechar el progreso tecnológico para producir de manera responsable y limpia los hidrocarburos que el mundo necesitará durante muchas, muchas décadas.
Será la riqueza de tales actividades lo que creará la capacidad de esas naciones para gastar dinero en tecnologías y sistemas que ayuden a aislar a sus ciudadanos de todas y cada una de las violaciones de la naturaleza, sin importar cuánto o cuán poco cambie el clima.
Fuente: Portafolio